La molécula cannabinoide conocida como Cannabidiol o CBD, encontradas en plantas de cannabis medicinal, está siendo reconocida por su vasto espectro para el tratamiento de distintas condiciones crónicas y enfermedades, dentro de las cuales, los tratamientos convencionales al día de hoy producen efectos adversos graves, dejando a miles de pacientes sin una ruta clara para el tratamiento de estas patologías.
Nuevas hipótesis y áreas de tratamiento surgen al investigar pistas que la naturaleza nos proporciona, hoy en día se conoce que estas moléculas cannabinoides tienen la capacidad de activar, modular e incluso inhibir procesos específicamente relacionados a nuestro Sistema Endocannabinoide. Esta capacidad es la principal razón por la que está siendo analizada en diferentes modelos de patologías.
En el siguiente artículo, se enfocará el uso del Cannabidiol para el tratamiento contra la ansiedad.
La ansiedad es un estado fisiológico o psicológico capaz de afectar la integridad completa de una persona: el comportamiento, el humor, las emociones, los procesos cognitivos e incluso puede llegar a ocasionar manifestaciones físicas. Usualmente, se le conoce a la ansiedad como un sentimiento de preocupación o miedo, que trae con esto estrés e incomodidad.
En situaciones normales, esta sensación de ansiedad es una reacción natural directa derivada a partir de estímulos externos clasificados como estresantes o negativos, capaces de producir las sensaciones ya mencionadas. Sin embargo, llega el punto en el cual estas sensaciones se vuelven incontrolables, incluso en casos extremos llegando a producir paranoia.
En los últimos años, debido a la gran crisis económica europea, los casos de ansiedad han ido aumentando hasta un 5% más dentro del territorio español.
Dentro del marco territorial español, se estima que cerca de 6 millones de españoles son afectados por esta enfermedad, encontrando un 8% más de casos en mujeres que en hombres.
Un estudio publicado en la revista Estudios de Economía Aplicada, analizó los costos médicos directos que se derivan de la atención para el tratamiento de esta enfermedad, obteniendo la preocupante cifra de 369 millones de euros.
Debido a estos factores, el sistema de salud se encuentra en un estado de transición, cambiando su enfoque para encontrar nuevas alternativas para el tratamiento de esta enfermedad.
El exponencial crecimiento por el interés en investigación de cannabinoides como alternativas terapéuticas novedosas se presenta como una opción bastante atractiva, no solo para sistemas de salud públicos y privados, sino también, para los pacientes mismos.
El Cannabidiol posee un espectro farmacológico ampliamente demostrado en años recientes, evocando un incremento en el interés por la investigación de su efectividad contra distintos desórdenes neurológicos actuales.
- Sus efectos no psicotrópicos
- La alta tolerabilidad presentada en pacientes y modelos animales (estudios in vitro)
- Propiedades ansiolíticas dependientes de grandes concentraciones en dosis, sugieren fuertemente que el uso de este fitocannabinoide podría ser factible para el tratamiento o manejo de desórdenes neurológicos como la ansiedad.
Así como con cualquier droga o medicamento, uno de los principales aspectos de los efectos farmacológicos que deben ser estudiados son su seguridad y tolerancia, el CBD se presenta muy bien tolerado en rangos de dosis muy altos en estudios con humanos, llegando hasta concentraciones como 1500 mg/día mediante vía oral, sin reportarse efectos que afecten las funciones motoras, efectos negativos en el humor y otras anormalidades a nivel fisiológico.
Por otro lado, los efectos ansiolíticos del CBD quedan reportados en un estudio realizado por Campos y su equipo en la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil. Dentro del cual concluyen:
“El CBD es un compuesto seguro con un gran rango de aplicaciones terapéuticas, incluyendo el tratamiento de desórdenes psiquiátricos. Estos descubrimientos hacen de este producto un atractivo candidato para futuros ensayos clínicos”
Otros estudios concluyen que el uso de CBD en condiciones crónicas aún requiere investigación a mayor profundidad, específicamente, para determinar las concentraciones adecuadas para que el CBD produzca su efecto ansiolítico.
Los protocolos de investigación en humanos soportan las conclusiones y resultados obtenidos en modelos animales, ya sean in vitro o in vivo, una vez más concentrados en dosis altas de dicha molécula como método de análisis para el tratamiento de este desorden.
Gracias a los resultados encontrados en distintos protocolos de investigación alrededor del mundo, se muestra una creciente aceptación dentro del marco regulatorio y burocrático para el uso de alternativas terapéuticas a base de cannabinoides.
Mucho queda aún por investigar y conocer sobre el potencial y los complejos mecanismos de acción dentro de otros tipos de modelos de condiciones y desordenes de estas moléculas.
A medida que se va incentivando la investigación con ensayos clínicos más grandes, también se va deestigmatizando la mala reputación de esta planta y sus cannabinoides.
Referencias:
1. Los Costes Económicos de los Desórdenes de la Ansiedad en España, Juan Oliva-Moreno, Julio López-Bastida, Ángel Luis Y Montejo. Estudios de Economía Aplicada, Vol 24-3
2. Safety and side effects of cannabidiol, a Cannabis sativa constituent, Bergamaschi MM, Queiroz RH, Zuardi AW, Crippa JA. Curr Drug Saf 2011;6: 237-249.
3. Multiple mechanisms involved in the large-spectrum therapeutic potential of cannabidiol in psychiatric disorders, Alline Cristina Campos. Fabricio Araújo Moreira, Felipe Villela Gomes, Elaine Apacerica Del Bel, Francisco Silveira Guimaraes. Phil. Trans. R. Soc. B. Vol. 367, 2012
4. Cannabidiol as a Potential Treatment for Anxiety Disorders, Esther M. Blessing, Maria M. Steenkamp, Jorge Manzanares, Charles R. Marmar. Neurotherapeutics. Vol 12: 825 – 836, 2015
5. Neural basis of anxiolytic effects of cannabidiol (CBD) in generalized social anxiety disorder: a preliminary report, Crippa JA, Derenusson GN, Ferrari TB. Journal of Psychopharmacology. Vol 25: 121-130. 2011
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